EHUNMILAK 2018
Ehunmilak 2018 ha sido un punto y aparte en la historia de la prueba. La novena edición fue testigo de la suspensión de sus dos emblemáticas ultras de 170k (Ehunmilak) y 88km (Goierriko biHaundiak-G2H) debido a las fortísimas tormentas eléctricas desencadenadas, que hacían inviable la travesía por los altos del Txindoki y Aizkorri. Pese a ello, la rápida reacción del equipo de 1.600 voluntarios así como de los 140 efectivos de Cruz Roja que forman parte de la organización hizo que en apenas tres horas los 900 corredores fueran evacuados de las montañas hasta el polideportivo de Beasaín donde contaban con duchas, camas, comida, bebida y hasta un lugar para dormir.
Tras las tormentas del Viernes y Sábado, la mañana del Domingo amaneció soleada permitiendo así disfrutar de la maratón de montaña Marimurumendi que ha cerrado el programa. La celeridad de la respuesta desde la organización ha impresionado a todo el pelotón, haciendo que la gran mayoría de inscritos confirmaran su intención de volver a ser parte de esta aventura en 2019. En palabras del corredor del equipo Vibram internacional, el pentacampeón de la prueba Javier Domínguez Ledo, durante el acto de clausura: “Ehunmilak es la carrera mejor organizada que conozco”.
Y es que Ehunmilak se encontró la noche del Viernes con un cambio de enorme envergadura en las previsiones meteorológicas. Al desarrollarse unas tormentas eléctricas de duración e intensidad inusitadas, se produjo un fenómeno con hasta tres mil rayos cayendo sobre la región en apenas dos horas. Curiosamente, pese a las constantes advertencias desde la organización a los corredores a lo largo del Viernes sobre la inestabilidad y la llegada de tormentas, tras la salida del pelotón para las cien millas a las 18h se produjo una cierta calma que duró hasta más allá de la salida a las 23h de la carrera de 88km. Sin embargo, apenas una hora tras la misma se desencadenaban de golpe una serie de violentísimas tormentas que durarían muchas horas a lo largo de toda la noche.
El corredor Javi Dominguez. Foto Pete Aylward.
Ante esta situación, la organización neutralizaba primero ambas carreras al filo de la 1AM: La primera en Azpeitia al paso del km54, la segunda en Larraitz en el km17. Tras una pequeña pausa para estudiar con el equipo meteorólico la evolución, apenas 30 minutos más tarde se comunicaba la suspensión definitiva de G2H a la que seguía la de Ehunmilak unos minutos después.
A partir de ese momento, fuimos testigos de una evacuación modélica bajo una lluvia torrencial y el retumbar constante de rayos y truenos. Por un lado, los 900 dorsales en carrera asumían lo inviable bajo esas condiciones de seguir peleando por un sueño. Una ilusión para la que se habían ido preparando durante meses, dedicándole horas de entrenamiento cada semana. Así, los propios ultreros colaboraban con una sonrisa en todo lo requerido, poniendo más que nunca, esa buena cara al mal tiempo que reza el proverbio.
Por otra parte, los 1.600 voluntarios de la organización seguían los protocolos ya previstos bajo el liderazgo de un equipo de Cruz Roja que de inmediato organizaba varios convoys de ambulancias y autobuses para evacuar en menos de tres horas a todos los participantes hasta el centro neurálgico en el polideportivo de Beasaín, donde estaban dispuestas ya comida, bebida, duchas y hasta un lugar para dormir para todo el que no contara con alternativas. Así pues, la situación quedaba resuelta con la máxima seguridad para todos los participantes y en un tiempo de reacción y ejecución que supone un verdadero record, lo que fue muy valorado por todos los participantes, del primero al último.
Nuestro compañero Jara estuvo allí realizando una gran carrera hasta que el tiempo se lo permitió, ENHORABUENA!!
Tras las tormentas del Viernes y Sábado, la mañana del Domingo amaneció soleada permitiendo así disfrutar de la maratón de montaña Marimurumendi que ha cerrado el programa. La celeridad de la respuesta desde la organización ha impresionado a todo el pelotón, haciendo que la gran mayoría de inscritos confirmaran su intención de volver a ser parte de esta aventura en 2019. En palabras del corredor del equipo Vibram internacional, el pentacampeón de la prueba Javier Domínguez Ledo, durante el acto de clausura: “Ehunmilak es la carrera mejor organizada que conozco”.
Y es que Ehunmilak se encontró la noche del Viernes con un cambio de enorme envergadura en las previsiones meteorológicas. Al desarrollarse unas tormentas eléctricas de duración e intensidad inusitadas, se produjo un fenómeno con hasta tres mil rayos cayendo sobre la región en apenas dos horas. Curiosamente, pese a las constantes advertencias desde la organización a los corredores a lo largo del Viernes sobre la inestabilidad y la llegada de tormentas, tras la salida del pelotón para las cien millas a las 18h se produjo una cierta calma que duró hasta más allá de la salida a las 23h de la carrera de 88km. Sin embargo, apenas una hora tras la misma se desencadenaban de golpe una serie de violentísimas tormentas que durarían muchas horas a lo largo de toda la noche.
El corredor Javi Dominguez. Foto Pete Aylward.
Ante esta situación, la organización neutralizaba primero ambas carreras al filo de la 1AM: La primera en Azpeitia al paso del km54, la segunda en Larraitz en el km17. Tras una pequeña pausa para estudiar con el equipo meteorólico la evolución, apenas 30 minutos más tarde se comunicaba la suspensión definitiva de G2H a la que seguía la de Ehunmilak unos minutos después.
A partir de ese momento, fuimos testigos de una evacuación modélica bajo una lluvia torrencial y el retumbar constante de rayos y truenos. Por un lado, los 900 dorsales en carrera asumían lo inviable bajo esas condiciones de seguir peleando por un sueño. Una ilusión para la que se habían ido preparando durante meses, dedicándole horas de entrenamiento cada semana. Así, los propios ultreros colaboraban con una sonrisa en todo lo requerido, poniendo más que nunca, esa buena cara al mal tiempo que reza el proverbio.
Por otra parte, los 1.600 voluntarios de la organización seguían los protocolos ya previstos bajo el liderazgo de un equipo de Cruz Roja que de inmediato organizaba varios convoys de ambulancias y autobuses para evacuar en menos de tres horas a todos los participantes hasta el centro neurálgico en el polideportivo de Beasaín, donde estaban dispuestas ya comida, bebida, duchas y hasta un lugar para dormir para todo el que no contara con alternativas. Así pues, la situación quedaba resuelta con la máxima seguridad para todos los participantes y en un tiempo de reacción y ejecución que supone un verdadero record, lo que fue muy valorado por todos los participantes, del primero al último.
Nuestro compañero Jara estuvo allí realizando una gran carrera hasta que el tiempo se lo permitió, ENHORABUENA!!